La ley de la impermanencia es inexorable y además más rápida en lo virtual que lo real.
Las redes sociales evolucionarán hacía poblados virtuales, asentamientos específicos homogéneos y coherentes en los que la divergencia sea la mínima para la paz y el sosiego de sus miembros. Impulsados y creados por algunos influencers será el inicio de lo que supondrá nuevas colonias virtuales. Es fácil pues la segmentación de los perfiles de usuarios ya permiten crear patrones de convivencia.
En estas aldeas virtuales se vivirá la talaidad virtual de una manera menos global y más segmentada.
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